1 nov 2019
Mucha gente sueña con poder trabajar en remoto desde casa, pero son pocos los que se atreven a permitir que sus empleados lo hagan. ¿Por qué? La mayoría de las veces es por miedo a que no sean productivos y a que no estén “realmente trabajando”.
Pero antes de meternos en materia y comenzar a tratar algunas claves para trabajar de manera eficaz en remoto, vamos a repasar el concepto de trabajo en remoto y los beneficios que puede aportar a los empleados.
El trabajo en remoto o teletrabajo es todo aquel que se hace en un lugar distinto a donde se encuentra localizada la empresa para la que se trabaja. Esto supone que el trabajador no tiene por qué ir diariamente a una oficina ni sentarse en su puesto de trabajo bajo la supervisión directa de su jefe.
No implica necesariamente que se trabaje desde casa, aunque muchos trabajadores en remoto lo hagan. Se puede trabajar en remoto desde prácticamente cualquier sitio mientras el lugar cumpla con unos mínimos requisitos tecnológicos: conexión a internet y posibilidad de utilizar un ordenador, una tablet o un teléfono móvil. En definitiva, herramientas que nos permitan estar conectados con la empresa sin estar físicamente en ella.
Hasta hace pocos años, trabajar desde casa parecía un sueño inalcanzable. Pero la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha hecho posible que estemos permanentemente conectados. El desarrollo de internet y las telecomunicaciones lo convirtieron en realidad.
Es difícil establecer cuándo comenzó el teletrabajo. Muchos dicen que fue en los años 70, durante la crisis del petróleo, cuando comenzaron las primeras propuestas de trabajos en remoto. Pero no empezó a ser una realidad más notoria hasta finales de los 80 y principios de los 90, cuando los personal computers (PC) empezaron a popularizarse y a ser habituales en los domicilios.
En la actualidad existe una gran diversidad de ofertas de trabajos en remoto o teletrabajos.
Por encima de cualquier beneficio que podamos destacar del teletrabajo está la libertad. Esta se observa principalmente en tres sentidos: de ubicación, horaria y e individual.
Por si fuera poco, existen muchos otros beneficios a tener en cuenta. Entre ellos están los beneficios medioambientales del trabajo en remoto y las mejoras en la salud de los trabajadores. Así como también presenta beneficios para los empresarios como la reducción de costes productivos o la descentralización del trabajo. Sobre todos ellos hablaremos con más detenimiento en futuros post.
Una de las claves para trabajar en remoto es la organización. Es importante conseguir unos hábitos que nos permitan pautar nuestro tiempo de trabajo. Al contrario de lo que pueda pensarse, quienes teletrabajan necesitan tener muy claros sus objetivos y sus plazos para ser productivos.
También es crucial contar con un espacio apropiado para trabajar, un lugar donde nos sintamos cómodos y podamos concentrarnos. No existe una regla de oro sobre cómo debe de ser este lugar. Hay personas que necesitan espacio o luminosidad para poder enfocarse en llevar a cabo una serie de tareas. Mientras otras prefieren lugares bulliciosos o sitios menos iluminados donde sentirse cobijados.
Como mencionábamos antes, no siempre tiene por qué ser el mismo lugar. Pero es fundamental que te conozcas a ti mismo. Debes ser consciente de qué tipo de espacio funciona para ti y qué características debe de tener para aumentar tu productividad.